¿De qué hablamos cuando hablamos de Responsabilidad Social Empresarial?
Podemos definir a la Responsabilidad Social Empresarial, conocida también por sus siglas como RSE, como el mejoramiento social por partes de las empresas de manera voluntaria, con el objetivo de mejorar su situación valorativa o añadir valor a la empresa.
Una definición técnica de RSE según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) seria, el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas para que sus actividades tengan repercusión en la sociedad y que confirmen los principios y valores que rigen la empresa tanto en los procesos internos como en los demás actores.
Una empresa que dice cumplir con la RSE, debe de cumplir con las siguientes responsabilidades:
La ejecución de una gestión basada en RSE beneficia en gran manera a la empresa que decide basar su gestión en ella. Con mucha frecuencia la RSE mejora en gran manera la imagen de la empresa.
Podemos afirma que en relación a la ciencia y la tecnología, y la ética debería aparecer un nuevo concepto: Responsabilidad Social Tecnológica (RST), la cual busca una “contribución activa y voluntaria al mejoramiento social de las tecnologías por parte de las empresas, investigadores, administración y propios usuarios. Este es un movimiento espontáneo con origen en Madrid, España que tiene por fin, fomentar el desarrollo y aplicación de conocimientos y tecnologías con fines netamente sociales, absolutamente pacíficos y opuestos a los objetivos comerciales o militares que determinan el actual avance y desarrollo tecnológico de la humanidad“[1].
¿Pero, en Argentina, las empresas denominadas tecnológicas realizan actividades sobre RSE o RST?
En principio debemos decir que sí, porque vemos que algunas empresas grandes, como las telefónicas o los fabricantes de equipos, hacen eventos de carreras para sus empleados, o pintan algunas escuelas, o situaciones similares.
Pero en realidad, si realmente quieren hacer un RSE, estas empresas deberían hacerse responsables de los equipos que ellos fabrican, desarrollan o venden; y esto realmente no ocurre.
Es sabido que a finales del año 2014, cayó en saco roto el proyecto de ley presentado por el entonces senador, Daniel Filmus, que regulaba la Gestión de los Residuos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs). Entre los motivos por los cuales este proyecto, que ya tenía media sanción del Senado, no fue tratado en Diputados, por el lobbies que estas empresas tecnológicas realizaron.
Si bien el proyecto de ley, era perfectible, implicaba que las empresas se debían hacerse responsables de los equipos tecnológicos desde la fabricación, logística, distribución, venta, hasta el final de su vida útil. Cosa que actualmente no ocurre, ya que los fabricantes y empresas tecnológicas, vuelcan en el usuario, la responsabilidad de los equipos cuando termina su vida útil.
Por lo expuesto es claro que la las empresa, denominadas tecnológicas, NO realizan actividades de RST, es sencillo.
¿Tomaremos conciencia algún día del daño que estamos provocando constantemente, fundamentalmente tecnológico? Evidentemente no. Si a esto le sumamos la inoperancia del Estado, por desconocimiento o por propia iniciativa, estamos en un grave problema donde la solución no se ve claramente.
Comencemos con algunas de las ventajas que la aplicación de RSE por parte de cualquier organización le ofrece a la misma y a la sociedad que compone su entorno.
Ya está comprobado que la aplicación de RSE permite, entre otras ventajas:
Estas son algunas de las ventajas que se pueden apreciar en organizaciones que aplican, de alguna u otra forma, programas de RSE.
Como sabemos, RSE se entiende como una vinculación activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las organizaciones, con el objetivo de mejorar su situación competitiva y su valor agregado. Al aplicarse un programa de RSE la organización entra en un feed-back continuo entre ella y la sociedad donde se desarrollar.
Para entrar en este feed-back podemos citar algunos ítems que las organizaciones deben tener en cuenta para aplicar un programa de RSE. Aquí nombraremos cinco:
La aplicación de programas de RSE permite esto y muchas variantes más. La aplicación de estos programas es una materia pendiente en las organizaciones de Argentina, pero su aprendizaje esta en continuo crecimiento.
Nuevamente imploramos que estos temas se empiecen a discutir en ámbitos adecuados como son una Universidad o una cámara que nuclea a las empresas tecnológica.
Es más, se debería empezar a discutir en las escuelas secundarias, donde los jóvenes están más atentos y más predispuestos a generar acciones que vinculen temas ecológicos y que generen beneficios a la sociedad.
En Argentina, no encontré ningún foro, asociación, o sitio donde se discuta estos temas. Si hay acciones aisladas y las empresa se refugian en acciones marketineras orientadas a lavar su conciencia, pero cuando hubo que llevar adelante acciones que puedan regular o crear un ámbito de discusión fueron las primeras en oponerse. Un claro ejemplo de ello fue la fallida Ley de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAES) que no se trato en el 2012.
En España encontré una fundación que nuclea a profesionales para tratar estos temas, es la Fundación Tecnológica Social (FUNTESCO). El mes pasado se produjo el IV encuentro sobre responsabilidad social tecnológica se celebró el 13 y 14 de Marzo en la ETSIS de la UPM de Madrid con éxito de participación.
Entiendo que este debe ser el camino a seguir. En nuestro país, la Asociación Civil Tecnológica del Sur, está empezando a trabajar este tema, tratando de instalarlo en distintos lugares. Por ahora es una campaña difícil de llevar adelante, pero confiamos que llegue a buen puerto.
Desde nuestra organización pensamos en desarrollar programas sociales donde la tecnología tenga su impacto real y por ende su responsabilidad.
La Asociación Civil Tecnológica del Sur, es una entidad nueva que intenta trabajar este y otros temas que vinculan a la sociedad con la tecnología.
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Ing. Hector Alcar
[1] VARELA, C. Enrique. EGEA, G. Carlos. Responsabilidad social tecnológica. Fundación Tecnología Social.2009